La paciencia en la Argentina cordillerana se está agotando. La población civil sabe que allí reposa muchísimo oro. El problema para ellos es que también lo saben las transnacionales mineras que prefieren la modalidad de explotación a cielo abierto.
Esta técnica se desarrolla en la superficie del terreno, a diferencia de las subterráneas, que se realizan bajo ella. Para la explotación de una mina a cielo abierto, a veces, es necesario excavar, con medios mecánicos o con explosivos, los terrenos que recubren o rodean la formación geológica que forma el yacimiento.
A los vecinos de las distintas localidades les preocupa los irreversibles daños ecológicos y cortaron varias rutas para impedir que las empresas lleguen hasta los cerros con su maquinaria. En Tinogasta, provincia de Catamarca, se desató una feroz represión el mes pasado contra los ambientalistas, a pesar de que el Gobierno Nacional ha dicho en un sinnúmero de ocasiones que en su gestión no se reprimirá la protesta social. El saldo fue de 16 activistas y 11 policías heridos. Es apenas una muestra de que el ?lobby? minero ejerce mucha presión.
En la provincia central de San Juan funcionan dos grandes proyectos de explotación minera a cargo de la corporación canadiense Barrick Gold, la mayor firma del mundo en explotación aurífera a cielo abierto. Desde el 2005, Barrick explota en San Juan el yacimiento a cielo abierto de Veladero, con una vida útil de 14 años, que aportará 11,4 millones de onzas de oro. Para procesar el mineral, utiliza el contaminante método de lixiviación (extracción compuesta de sólido y líquido) con cianuro. En San Juan están en carpeta más de 150 proyectos mineros, del total de 600 que hay en el país. A partir del 2013 estará produciendo además otros 14,4 millones de onzas de oro del yacimiento Pascua Lama, la primera explotación binacional que se realiza en territorio de San Juan, del lado argentino, y en la región de Atacama, Chile.