La Casa Blanca insistió el lunes en que la estrategia de Estados Unidos en Afganistán no cambiará pese a las consecuencias de la masacre perpetrada presuntamente por un soldado estadounidense en la que murieron 16 civiles.
El ejército de Estados Unidos, por su parte, rechazó los llamados afganos para un juicio público del soldado que supuestamente fue casa por casa en una expedición asesina y mató en su mayor parte a mujeres y niños, cuestionando de nuevo el estado de las relaciones entre Estados Unidos y Afganistán.
"Nuestros objetivos estratégicos no han cambiado y no cambiarán", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, quien agregó que Washington mantiene el compromiso de desarmar y derrotar a Al Qaida, así como de capacitar a las fuerzas afganas para que garanticen su propia seguridad.