Fue uno de cinco hombres que perdieron la vida cuando trataban de regresar de la desdichada expedición de Robert Falcon Scott al Polo Sur en 1912.
El capitán Oates es recordado por su acto de sacrificio, cometido porque creía que estaba atrasando a los demás.
Ahora la Galería Oates -una exhibición en Selborne, Hampshire, que se inauguró y trata de revelar al hombre detrás de aquellas famosas y últimas palabras.
Mientras la exhibición se preparaba para abrir, el segundo piso de la casa del naturalista del Siglo XVIII Gilbert White en la tranquila aldea de Hampshire parecía una colmena por su actividad.
En su duelo, la madre del capitán Oates, Caroline, había ordenado la destrucción de los diarios de su hijo, pero su hija Violet transcribió muchos de los documentos para que no se perdiera su historia.