Por lo menos 50 civiles murieron el viernes en Siria, donde las fuerzas del régimen lanzaron una ofensiva en la provincia de Idleb (noroeste), un día antes de la llegada a Damasco del emisario internacional Kofi Annan.
Como todos los viernes desde marzo de 2011, decenas de miles de sirios salieron a las calles para denunciar al régimen de Bashar al Asad, en especial en Alepo (norte), donde hubo la mayor movilización desde hace un año, informaron militantes y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Antes de su llegada a Damasco el sábado, el emisario de la ONU y de la Liga árabe para Siria, Kofi Annan, consideró que "la solución última reside en una solución política" y advirtió contra una mayor militarización, que agravaría la situación, coincidiendo con lo que desde hace semanas considera Estados Unidos.