El Gobierno de Gordon Brown amenaza con quitar los subsidios de millones de parados y prepara "la mayor reforma del Estado de Bienestar", según The Daily Telegraph. Aunque el mercado laboral británico es conocido por su flexibilidad, el sistema de ayudas frente al paro es particularmente generoso. Después de cotizar en la seguridad social durante un año, los ciudadanos del Reino Unido pueden recibir ayudas (prestaciones económicas, así como casas pagadas por los poderes públicos, en algunos casos) sin demostrar que están buscando un empleo. Si declaran que no encuentran trabajo, tampoco están obligados a aceptar ofertas, al contrario de lo que ocurre en España.