Los sirios votan en referéndum el proyecto de Constitución elaborado por el régimen sirio y que supone el principal hito del proceso de reformas anunciado por el presidente Bashar al Assad como respuesta a las protestas, que se han cobrado ya más de 6.000 muertos desde que comenzaron, hace casi un año.
El nuevo texto constitucional permitiría la celebración de elecciones multipartidistas en un plazo de tres meses, lo que pondría sí de forma efectiva al régimen de partido único dominado por el Partido Baaz de Al Assad.
Sin embargo, la oposición contempla el proceso con escepticismo y critica su falta de alcance y, sobre todo, que llega muy tarde, con una sociedad ya sumida en la violencia entre las fuerzas del régimen y las milicias sublevadas, por lo que ha pedido a la población que no participe en la votación.
En total son 14,6 de los 23 millones de sirios los que están llamados a las urnas, pero extensas regiones del país se encuentran sublevadas y el Ejército continúa con los ataques en la tercera ciudad del país, Homs, protagonista de los peores episodios de violencia de los últimos días.
En cuanto a su propio mandato, se limita a dos de siete años. Al Assad concluye su segundo mandato en 2014, pero la aplicación de la norma no sería retroactiva, por lo que podría mantenerse en el poder hasta 2028.
Los candidatos a presidente ahora deberán contar con el apoyo de 35 diputados, tener más de 40 años y haber vivido en Siria desde hace 10 años, lo que impediría presentarse a la oposición en el exilio.
La nueva Constitución consagra la libertad religiosa, pero el presidente debe ser musulmán y señala que la 'sharia' o ley islámica es la fuente principal de la legislación.
Sin embargo, todas estas reformas podrían quedar en papel mojado, ya que la Constitución actualmente vigente, que data de 1973, recoge el "derecho sagrado" a la libertad, prohíbe la tortura, garantiza la libertad de prensa y contempla el derecho de los sirios a manifestarse pacíficamente.