Los talibán han atentado contra la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF), matando a dos militares estadounidenses, como represalia por la quema de ejemplares del Corán en la base militar de Bagram, que desencadenó una ola de protestas generalizadas que dura ya cinco días.
El ataque perpetrado por los milicianos talibán ha tenido lugar dentro de la sede del Ministerio del Interior afgano en Kabul y en el que han fallecido un comandante y un coronel que trabajaban en calidad de instructores de la ISAF.
Según informa Al Yazira, los dos militares estadounidenses se encontraban en una zona utilizada solo por los asesores extranjeros. Los únicos afganos con acceso a esa zona son traductores, indica la cadena.
Pocas horas después del atentado la OTAN ordenaba a todo su personal que abandonase los ministerios afganos y el Gobierno británico seguía su ejemplo ordenando la retirada de su plantilla en las instituciones afganas en Kabul como medida de seguridad.
En Kunduz, tres manifestantes han muerto frente a un complejo de Naciones Unidas y otros 30 han resultado heridos, según fuentes médicas citadas por Al Yazira. La protesta dio un giro violento después de que los manifestantes arrojaran piedras contra edificios oficiales y contra la oficina de la ONU, según ha explicado el portavoz de la Policía provincial, Sarwer Hussaini, quién también ha confirmado que la Policía había lanzado disparos al aire.
También se han producido hoy protestas en otras provincias de Afganistán como en Sar-e-pol y en Nangarhar. En la provincia de Laghman la manifestación también ha estado marcada por la violencia, unas 1.000 personas han arrojado piedras a la Policía y han intentado tomar por asalto la casa del gobernador. Al Yazira afirma que hay más victimas por esta protesta pero señala que no se ha confirmado el número de heridos.