Cientos de miles de manifestantes salieron ayer domingo a las calles de las principales ciudades de España. El objetivo fue protestar contra la reforma laboral presentada la semana pasada por el gobierno conservador de Mariano Rajoy para luchar contra un desempleo que bordea el 23%.
Tanto en Madrid como en Barcelona, cientos de miles de manifestantes respondieron a la convocatoria de los sindicatos contra esta reforma que, según ellos, ?acelerará la destrucción de empleos?. Manifestaciones similares tuvieron lugar en 57 ciudades españolas para mostrar su desacuerdo con la reforma anunciada por el Gobierno para intentar paliar la crisis y un desempleo del 22,85% de la población activa, un récord en países industrializados.
Los sindicatos calcularon unos 500 000 manifestantes en Madrid, otros 400 000 en Barcelona, 150 000 en Valencia y 50 000 en Sevilla. Por el contrario, la Policía contabilizó 50 000 en Madrid, 30 000 en Barcelona, 25 000 en Valencia y 5 000 en Sevilla.
?Si no se abre un proceso de negociación con el Gobierno y no podemos modificar la reforma, seguirán las manifestaciones y una de ellas puede ser la huelga general?, advirtió el secretario general del sindicato UGT de Cataluña, Josep María Álvarez.
Pese al clamor popular y la advertencia de los sindicatos, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, volvió a salir en defensa de su reforma ayer, durante la clausura del congreso del Partido Popular, en Sevilla (sur) .
?Es la reforma que España necesita para evitar que seamos el país de la Unión Europea que más empleo destruye?, afirmó Rajoy. Esta reforma, añadió, ?acaba con las injusticias y las discriminaciones del mercado del trabajo?.
El Gobierno adoptó el 11 de febrero una reforma para flexibilizar el mercado laboral, incluyendo la reducción de las indemnizaciones de despido y ofreciendo medidas para estimular el empleo de los jóvenes.