El futuro presidente alemán, Joachim Gauck, es un pastor luterano de 72 años y antiguo militante de los derechos humanos en la ex República Democrática Alemana, que goza de una importante autoridad moral para ejercer un cargo desprestigiado por los escándalos que llevaron a la dimisión a su antecesor.
Este hombre de cabello gris, sonriente y que generalmente habla con un tono de voz muy suave, es oriundo del noreste de Alemania, el mismo lugar donde creció la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, hija de un pastor.
Gauck nació en enero de 1940 en Rostock (noroeste) y eligió ser pastor de la Iglesia luterana. En una RDA donde las iglesias disfrutaban de cierta tranquilidad, Gauck utilizó su posición para defender los derechos humanos.
Fue candidato a las presidenciales de 2010, presentado por los socialdemócratas del SPD y los Verdes, y pese a que la prensa le consideró el "presidente de los corazones" por su gran popularidad, perdió en la tercera y última votación frente a Christian Wulff.
La dimisión de éste el pasado viernes, como consecuencia de un escándalo por haber recibido regalos de amigos ricos y por intentar intimidar a periodistas, ha devuelto a Gauck a la primera línea de la escena política.
Con el apoyo de la Unión cristiana de Merkel (CDU/CSU), de su aliado liberal (FDP), del Partido socialdemócrata (SPD) y de los Verdes, su elección por una asamblea federal compuesta por diputados del Bundestag y por delegados del mundo político y de la sociedad civil elegidos por los parlamentos regionales que debe llevarse a cabo el 18 de marzo es sólo una formalidad.
Pero incluso por sufragio universal, habría sido ampliamente elegido. Un sondeo publicado por el diario Bild lo ubicaba ampliamente al frente de todas las personalidades probables para el cargo con 54%.
Gauck se mostró modesto en su primera intervención, el domingo por la noche, advirtiendo que no era "ni Súperman, ni un hombre infalible", en una conferencia de prensa en la que se anunció su designación como candidato.