Los primeros dos reos de los más de 350 que murieron en el incendio en la Granja Penal de Comayagua, en el centro de Honduras, fueron enterrados hoy por sus familiares, mientras siguen llegando más forenses extranjeros para ayudar a identificar los cadáveres.
Hasta el momento han sido identificados veinte cadáveres, de los que quince han sido entregados a sus familiares, mientras continúan las tareas de identificación en las salas de Medicina Forense del Ministerio Público, en cuyos alrededores esperan centenares de familiares de los reos.
Uno de los sepultados en el cementerio Tierra Santa, en Tegucigalpa, en un ataúd donado por el Gobierno, fue Marvin Javier Castro, que llevaba un año y medio en prisión acusado de tenencia ilegal de armas, dijo a Efe un hermano suyo.