Las autoridades de Honduras empezaron hoy la entrega de los cadáveres de los 355 fallecidos en el incendio de la Granja Penal de Comayagua, cuyos familiares aseguraron que hubo "mano criminal" y culparon de la tragedia a los guardias y al director del recinto.
Varios familiares de los fallecidos aseguraron a Efe, mientras esperaban noticias de sus parientes fallecidos en la Dirección de Medicina Forense, en Tegucigalpa, que no creen las hipótesis de las autoridades de que el incendio se debió a un cortocircuito o a la quema de un colchón.
"Lo que hubo en la cárcel de Comayagua fue mano criminal; eso de que hubo un colchón al que le prendieron fuego no lo cree ni un tonto, porque eso no es algo para que se hubieran quemado tantas personas", dijo Nelly Baca, quien portaba una foto de su primo Juan Carlos Baca Ortiz, de 22 años, uno de los fallecidos.