El Hay Festival de Cartagena de Indias, un prestigioso certamen literario, se convirtió hoy en un centro de debate sobre la despenalización de las drogas protagonizado por el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y los escritores Carlos Fuentes y Sergio Ramírez.
Este festival, que permite a los escritores más prestigiosos adentrarse en discusiones que van más allá de la literatura, tocó un tema que ya no es tabú en América Latina, sino que por el contrario los intelectuales han decidido rescatar para buscar solución a uno de los flagelos que más duele a esta región.
El debate, que se enmarcó en la charla "Ideas para un mundo en transición", lo inició el viernes el Premio Cervantes mexicano, Carlos Fuentes, junto con los escritores colombianos Santiago Gamboa y Juan Gabriel Vásquez, cuando abogó por una nueva política antidrogas que pase por "una despenalización progresiva".
La crisis financiera mundial y las consecuencias de la Primavera Árabe fueron otros temas sobre los que debatieron Santos, Fuentes y Ramírez bajo la moderación del director de la revista colombiana Semana, Alejandro Santos, y con la participación del director del diario español El País, Javier Moreno.
Sobre la revolución egipcia y la caída del régimen libio de Muamar Gadafi, el mexicano advirtió de que esos conflictos no están resueltos y los comparó con el fin de la dictadura de Porfirio Díaz, en 1910.
La Revolución Mexicana dio paso a "batallas, guerra, al inicio de la construcción de un Estado", dijo Fuentes, al augurar que el proceso en los países árabes "va a ser largo".
Fuentes y Santos también bromearon sobre la larga amistad que comparten desde los años en que el mexicano fue profesor del ahora presidente de Colombia en la Universidad de Harvard (EEUU).
Pero sobre todo entorno a la novela "La silla del águila", de Fuentes, en la que éste relató cómo un político colombiano, que insinuaba que podría ser Juan Manuel Santos, se convertía en presidente de ese país en el año 2020.
No faltaron sonrisas, aplausos y comentarios por el hecho de que Santos se hubiera adelantado 10 años a las previsiones que Fuentes hizo en su novela.