Con zapatos en alto, en alusión a la tradición árabe de arrojar calzado en señal de desprecio, cerca de 300 personas ventilaron hoy su indignación contra el cuestionado presidente federal alemán, Christian Wulff.
Apostados en la acera frente a la residencia presidencial alemana, el Palacio de Bellevue en Berlín, los manifestantes portaban pancartas en las que llamaban al jefe de Estado a dimitir.
La protesta estuvo acompañada por el ruido estridente de silbatos y cornetas.
En la cultura árabe, arrojar un zapato es signo de ira y desprecio. Pero no queremos arrojarlos, sino levantarlos en alto, portavoz de la agrupación organizadora, Creative lobby of feature.
El presidente alemán desde hace semanas por un crédito que contrajo para costear la compra de una casa para su segunda familia, sus vacaciones en casas de poderosos y el intento de frenar o aplazar una publicación de prensa al respecto.
Wulff admitió días atrás haber cometido errores en el manejo del affaire, pero aseguró que no había violado la ley y que no tenía intención de dejar el cargo.