IKB, el banco alemán que casi quiebra después de que se desplomaran sus inversiones en créditos hipotecarios de alto riesgo, busca recaudar hasta 2.000 millones de euros para mantenerse a flote, según han informado a Reuters fuentes cercanas a la operación. La compañía de préstamos corporativos IKB se convirtió en una de las mayores víctimas de Alemania de la crisis crediticia global a finales de julio. Desde ese momento, ha sido ayudada por dos planes de rescate, respaldados principalmente por su mayor accionista, el banco estatal KfW. Ahora IKB necesita de nuevo reforzar su base de capital, que está amenazada por nuevas amortizaciones de inversiones dañadas por miles de millones de euros que todavía permanecen en sus libros contables, dijeron las fuentes. La compañía precisa una nueva inyección de capital por 2.000 millones de euros (2.900 millones de dólares), sin la cual su existencia estaría en peligro, aseguraron dos de las fuentes a Reuters. "La pregunta no es si el capital es necesario, sino quién participa", comentó una fuente.