El exdictador panameño Manuel Antonio Noriega pasó satisfactoriamente el último test médico que le quedaba antes de ser extraditado hoy desde Francia a su país, informó su abogado en Panamá, Julio Berríos.
Noriega, que será extraditado tras 22 años preso en EE.UU. y Francia por narcotráfico y lavado de dinero, fue el oscuro hombre fuerte de Panamá en los ochenta, un exagente de la CIA que acabó derrocado por una invasión norteamericana.
El otrora poderoso dictador, hoy de 77 años, vuelve a Panamá deteriorado por los años de prisión y problemas de salud, requerido por la justicia para que cumpla tres condenas que suman 60 años por la desaparición y muerte de opositores.
Considerado un militar sin escrúpulos y camaleón político, Noriega tenía tratos con el capo colombiano Pablo Escobar, llegó a relacionarse con los servicios de inteligencia de Fidel Castro, trabajó para la CIA y luego desafió a Washington. Muchos de sus antiguos amigos hoy le dan la espalda.
Fue extraditado de EE.UU. a Francia el 26 de abril del 2010 tras 21 años de cárcel en Miami por narcotráfico, delito por el que había sido condenado a 40 años, rebajados por buena conducta. La justicia francesa lo condenó a siete años por blanqueo de $ 3 millones del cartel de Medellín en bancos de Francia en los ochenta.
Según el presidente Ricardo Martinelli, irá directo a la cárcel, en las afueras de la capital, aunque por su edad podrá pedir detención domiciliaria.