
El optimismo del que han disfrutado los inversores en las últimas sesiones ante la sensación de que la Cumbre de Bruselas de mañana y viernes si arrojará soluciones para la crisis europea no implica que el miedo a la periferia europea haya desaparecido. Al menos a corto plazo. La prueba está en la subasta de bonos a 5 años que ha celebrado hoy Alemania, en la que la demanda ha duplicado a la oferta.
El mercado de renta variable había amanecido con optimismo ante la idea de que el viernes la finalización de la Cumbre que los europolíticos celebran en Bruselas supusiera casi el fin de la crisis de la eurozona. Los índices abrían sesión con alzas superiores al 1 por ciento y la prima de riesgo española volvía a caer por debajo de los 300 puntos. Sin embargo, la subasta de deuda alemana a cinco años limitó las dosis de optimismo de los inversores.
El Tesoro alemán captó 4.009 millones de euros en bonos a cinco años frente a un objetivo máximo de 5.000 millones. Lo hizo pagando un tipo de interés del 1,08 por ciento y, lo que menos ha gustado al mercado, con un ratio de cobertura superior a las 2 veces. Es decir, la demanda, que superó los 8.000 millones de euros, duplicó a la oferta. Un resultado muy diferente al de la última subasta de bonos de Alemania a diez años, cuando el Tesoro alemán sólo pudo captar un 39 por ciento de lo previsto, a pesar de ofrecer más rentabilidad que a lo que cotizaban estos bunds en el mercado secundario.
La interpretación del mercado fue de todo menos positiva. Los índices bursátiles cambiaron sus ganancias del 1 por ciento por cotizaciones planas, el bund marcó rentabilidades mínimas intradía en el 2,13 por ciento y la prima de riesgo española con respecto al bund volvió a situarse por encima de los 300 puntos básicos.