Los rusos comenzaron a acudir a las urnas en el extremo oriente del país para elegir un nuevo Parlamento, que debería seguir dominado por el partido de Vladimir Putin, tras una campaña marcada por las irregularidades y las presiones sin precedentes.
Unos 110 millones de electores están llamados a elegir a los 450 nuevos diputados de la cámara baja del Parlamento.
El partido del primer ministro Vladimir Putin es el gran favorito de estas legislativas, donde domina la escena política desde hace una década, aunque estos comicios podrían revelar una erosión del poder que encarna el ex agente del KGB.
Gracias a un sistema electoral hecho a medida para su posición dominante en un país donde la administración y los grandes medios están sometidos, Rusia Unida tiene la seguridad de ganar.
El partido de oposición liberal Iabloko, a quien las encuestas auguran 4% de los votos, tiene pocas posibilidades de entrar a la Duma. En cuanto al partido de oposición liberal Parnass, fue eliminado de la elección y llamó, tal como la oposición radical, a boicotearlo o a votar nulo en signo de protesta.
Recientes sondeos han mostrado una baja de la popularidad del presidente Dimitri Medvedev y de su poderoso primer ministro, así como signos de cansancio con respecto al sistema instalado después de la llegada al poder de Vladimir Putin en 2000.
Una de estas organizaciones, Golos (financiada por Occidente), denunció una campaña de acoso por parte del poder, lo que le valió una investigación por parte de la Fiscalía de Moscú por propagar rumores y fue condenada el viernes a una multa de 700 euros por violación de la ley electoral.