Tienen disco nuevo en la calle, pero es lo de menos. Lo importante es que el dúo sueco Roxette ha regresado a la carretera con intenciones de quedarse, como ha querido transmitir al público madrileño en el concierto que ha celebrado esta noche ante 11.000 personas en el Palacio de Vistalegre.
Para enfatizar este despertar de su letargo, la banda, que no realizaba una gira mundial desde 1995, apenas ha hecho caso a su último trabajo, el álbum "Charm School", por el que no ha apostado y del que únicamente ha ejecutado dos temas, para centrarse en su inacabable repertorio de números uno.
Así, con la nostalgia como principal y potente arma, Roxette ha llevado a cabo un retorno al pasado con algunos altibajos, y es que, mientras que con emotivas baladas como "Crash! Boom! Bang!" o "Fading like a flower" han demostrado con creces su buen hacer, no han sabido transmitir la misma pasión en los temas más marchosos.