E.ON
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La Comisión Europea ha impuesto una sanción de 38 millones de euros a la eléctrica alemana por manipular precintos de instalaciones en las que se estaba llevando a cabo una investigación. Dichas cintas de seguridad habían sido colocadas por funcionarios europeos durante una inspección sorpresa realizada en mayo de 2006 a las oficinas de una filial de E.ON en Munich (Alemania). El objetivo era proteger los documentos encontrados durante la redada y evitar que se perdieran pruebas importantes para la investigación, pero cuando los inspectores del Ejecutivo comunitario regresaron al día siguiente comprobaron que estaba roto. Bruselas estaba investigando posibles violaciones de la reglas de competencia en el mercado alemán de la electricidad. "La Comisión Europea no tolerará los intentos de las empresas de boicotear su lucha contra las prácticas contrarias a la competencia", aseguró la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes.