La sangre blanca y negra, como la del Guernica, que envenena "La casa de Bernarda Alba", fotografía de un tiempo feroz y de una ponzoñosa casta, se ha trasfundido esta noche con naturalidad al napolitano en el inquietante montaje que Lluís Pasqual ha estrenado con gran éxito en el Festival de Nápoles.
El actual director del Teatro Lliure estrenó esta versión de la tragedia de Federico García Lorca en 2009, con Nuria Espert como Bernarda y Rosa María Sardá como La Poncia, en el Teatro Nacional de Catalunya. De allí saltó a Madrid, a las Naves del Español en Matadero, y al Teatro Piccolo de Milán, donde concluyó "viaje".