El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, retiró un proyecto de un paquete de medidas para mejorar la calidad del aire, argumentando que supondría una carga para la industria en momentos de gran incertidumbre económica.
"He subrayado contínuamente la importancia de reducir las cargas y la incertidumbre regulatoria, particularmente cuando nuestra economía se recupera", dijo Obama en una declaración.
Obama agregó que decidió no sobrecargar a los gobiernos estatales y locales con la implementación de los nuevos estándares porque de todos modos los mismos debían ser actualizados dentro de dos años.
Los republicanos y la Cámara de Comercio habían señalado que la introducción de los nuevos estándares implicaría un coste de miles de millones de dólares así como la pérdida de puestos de trabajo, en momentos en que la tambaleante economía del país ha dejado de generar nuevos empleos.
No obstante, la decisión de Obama será recibida con consternación por los grupos ambientales, ya enojados por el fracaso del mandatario en lograr aprobar medidas para combatir el calentamiento global en un Congreso hostil.
"Quiero ser claro: mi compromiso y el compromiso de mi administración para proteger la salud pública y el medio ambiente es inquebrantable", afirmó el presidente a manera de reivindicación.
