El debate sobre las minas de oro de Rosia Montana, una de las más antiguas y la más rica de Europa, se ha reavivado tras el apoyo al proyecto de explotación mostrado por el presidente rumano, Traian Basescu, en su visita a la localidad esta semana.
"Todo país que tiene recursos debe usarlos", declaró Basescu, que encontró la previsible oposición de ecologistas y buena parte de la sociedad civil por los efectos que para el medio ambiente y el patrimonio cultural puede tener el proyecto.
Situada en el centro del país, en la región de Transilvania, la tradición minera de Rosia Montana se remonta a la época romana, y según varias estimaciones, guarda bajo tierra más de 300 toneladas de oro y 1.600 toneladas de plata.