Trabajadores de la petrolera estatal venezolana (PDVSA) han salido a la calle para denunciar que la compañía invirtió unos 500 millones de dólares (345,3 millones de euros) destinados a sus pensiones en una estafa al estilo Madoff que corrió a cargo de un asesor financiero estadounidense estrechamente vinculado al Gobierno de Hugo Chávez.
En concreto, el fraude habría sido obra de Francisco Illarramendi, un administrador con sede en Estados Unidos, que gestionaba los fondos comunes del país norteamericano y de Venezuela, y que solía trabajar como asesor de PDVSA y el Ministerio de Finanzas venezolano.
Illarramendi habría malversado unos 2.500 millones de dólares (1.728 millones de euros) destinados en gran parte a los fondos de pensiones de los trabajadores de la petrolera.