Seis trabajadores de la Dirección Regional de Cultura de Cuzco fueron despedidos por vender entradas fraudulentamente a los turistas de la ciudadela inca de Machu Picchu.
Juan Julio García, director de dicho organismo, dijo al diario peruano El Comercio que los trabajadores despedidos vendían entradas a las populares ruinas incas a turistas estadounidenses haciéndolos pasar por ciudadanos de la Comunidad Andina (CAN), que al igual que los peruanos pagan una tarifa de ingreso más barata, y se quedaban con la diferencia.
También vendieron entradas de estudiantes a turistas adultos, según la denuncia presentada ante la Fiscalía Provincial Penal de la localidad de Machu Picchu.
La venta de entradas a la ciudadela de Machu Picchu, principal destino turístico de Perú, ha sido objeto de polémica en las últimas semanas debido a que llegaban a las ruinas más turistas que lo permitido.
De acuerdo al Ministerio de Cultura, el mayor número de turistas que tienen permitido ingresar a Machu Picchu es de 2.500 personas al día, una cifra impuesta en concordancia con las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El punto más álgido de este problema se registró hace dos semanas, cuando un grupo de turistas cerró por algunas horas la carretera que llega a Machu Picchu después de que no pudieran ingresar a la ciudadela por haberse vendido ya el máximo de entradas.