La Iglesia católica china, controlada por el Estado, analiza ordenar a otros siete obispos, a pesar de que se profundizará la división con el Vaticano por los recientes nombramientos sin la aprobación papal, informó la agencia AP.
La semana pasada, China ordenó a otro obispo sin la aprobación de la Santa Sede, la tercera ordenación en su tipo en ocho meses. Esto ha empeorado las tensiones entre ambas partes.
El Vaticano insiste en que sólo el Papa tiene el derecho de nombrar prelados, pero los líderes comunistas chinos consideran esa postura como una interferencia extranjera en sus asuntos internos.
Beijing cortó los lazos con la Santa Sede en 1951 después de que el Partido Comunista tomó el poder y estableció sus propia Iglesia fuera de la autoridad papal.