La nueva mayoría conservadora que domina el Parlamento portugués aprobó hoy con holgura, aunque con toda la oposición en contra, el polémico impuesto al salario que ayudará a cubrir un desvío de 2.000 millones de euros en las cuentas del país.
El gravamen, equivalente a cerca de la mitad de la paga de Navidad de los trabajadores, fue anunciado el mes pasado para garantizar la reducción del déficit fiscal de Portugal exigida por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio del rescate financiero concedido al Estado luso.
Aunque el impuesto aún debe ser debatido en comisión y ser aprobado otra vez en un pleno, la mayoría conservadora se estrenó hoy en la asamblea legislativa con esta primera votación. La medida salió adelante con los 182 diputados -de un total de 230- que suman el Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha) y el Centro Democrático Social (CDS-PP, democristiano).