Los grandes bancos estadounidenses -exceptuando a Goldman Sachs- han sorprendido positivamente a los mercados en el segundo trimestre, pese a un entorno difícil, al tiempo que se preparan para adaptarse a la nueva reglamentación internacional del sector.
"En general, los resultados son bastante buenos, teniendo en cuenta el contexto", ha constatado Jamie Peters, analista de Morningstar, aludiendo a un mercado agitado, malos datos de desempleo en Estados Unidos y a la incertidumbre sobre la situación financiera en Europa.
"Las divisiones de banca tradicional" de las grandes instituciones "registraron muy buenas cifras", ha constatado Richard Bove, de Rochdale Securities.