El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, consiguió hoy calmar los ánimos de los productores brasileños cuyas fincas agrícolas se encuentran ocupadas por campesinos "sin tierra" en el este del país y que amenazan con movilizaciones si no se soluciona el conflicto.
Lugo y sus colaboradores recibieron al embajador brasileño en Paraguay, Eduardo Dos Santos, así como a los colonos "brasiguayos" de Ñacunday, en el departamento de Alto Paraná, que exigen una solución a la ocupación iniciada el 21 de abril pasado en una extensa finca agrícola por un grupo de 600 campesinos.
El procurador general de la República, Enrique García, que ofició de vocero de ese encuentro, dijo al término de la reunión que el Gobierno ratificó a los productores que "el cumplimiento de la ley es irrenunciable" y que "no existe posibilidad de tolerar que ningún ciudadano, persona física o jurídica se aparte de la línea del cumplimiento de la ley".