La Policía de Honduras detuvo a dos personas y decomisó 72 granadas de fragmentación que eran transportadas en un vehículo que se dirigía desde Tegucigalpa hacia el departamento oriental de Olancho.
El subdirector de la Policía Nacional, René Maradiaga, dijo a los periodistas que las granadas iban escondidas en compartimentos falsos de las puertas laterales y trasera del vehículo.
Las autoridades presumen que el armamento puede venir de Nicaragua.
Según Maradiaga, las granadas, que por lo general son utilizadas "por el crimen organizado", cuestan unos 500 dólares cada una y su alcance al explosionar es de unos 15 metros a la redonda.
El Ministerio Público inició una investigación sobre el caso, informó un portavoz oficial.