Los sirios se preparaban este sábado para enterrar a las 44 personas que perdieron la vida el viernes en la sangrienta represión policial de las manifestaciones contra el régimen, una situación que suscita una "preocupación aguda" de Estados Unidos.
Los funerales estaban previstos en varias ciudades por las 44 personas que perdieron la vida en las protestas del viernes, según un último balance ofrecido por un militante este sábado.
El balance anterior elevaba a 34 el número de muertos, además de heridos.
"Las autoridades sirias siguen haciendo uso excesivo de la fuerza y utilizan balas reales contra los manifestantes en diferentes regiones del país", declaró a la AFP por teléfono Amar al Qurabi, jefe de la Organización Nacional de Derechos Humanos en Siria.
Según Al Qurabi, 26 personas perdieron la vida en la provincia de Idlib (oeste) y 13 en Homs (centro). Otros dos murieron en la ciudad de Deir Ezor (este), una en Daraya, afueras de Damasco, una en Latakia (oeste) y una en Hama (centro).
Un soldado y cuatro adolescentes, dos de ellos entre 12 y 16 años muertos en Homs, están entre las víctimas, precisó.
La represión del movimiento de protesta contra el régimen, iniciado el 15 de marzo, ha causado ya al menos 850 muertos, la detención de unos 8.000 opositores, según las organizaciones humanitarias y la ONU, y miles de sirios se han visto forzados al exilio.