El constructor automovilístico japonés registró en los primeros tres meses del año un beneficio neto de 30.800 millones de yenes (380 millones de dólares), lo que supone frente a los números rojos de 11.600 millones de yenes del mismo periodo del año anterior. Los analistas consultados por Bloomberg esperaban unas ganancias de 23 millones de yenes.
Entre el 1 de abril de 2010 y el 31 de marzo de 2011, el grupo aumentó 19,1% sus ventas en el mundo, sobre todo en China (35%), Estados Unidos (17%) y Europa (19%), superando los cuatro millones de unidades vendidas. Su volumen de negocio aumentó un 16,7%, a 8,7 billones de yenes (76.300 millones de euros).
El grupo sufrió el impacto negativo de un yen fuerte y el alza de los precios de las materias primas, pero redujo considerablemente sus costes con un plan de ajuste que incluye 20.000 supresiones de empleos en el mundo y recortes en las inversiones.