La eléctrica TEPCO, operadora de la maltrecha planta nuclear de Fukushima Daiichi, detectó ayer un vertido al mar de agua altamente radiactiva y logró detenerlo horas más tarde.
En el agua marina cerca de la central se detectó una concentración de cesio-134 32.000 veces por encima de la permitida y una de cesio-137 22.000 veces superior al límite legal.
Los técnicos de la central, donde la crisis nuclear sigue abierta tras el terremoto y el tsunami del 11 de marzo, detectaron que una tubería cercana al reactor 3 vertía agua a una fosa, y que de ahí ésta se filtraba al mar, según la cadena NHK.