La derecha y la izquierda francesas se enfrentaron por la iniciativa del presidente francés, Nicolas Sarkozy, de suspender la aplicación de los acuerdos de Schengen de libre circulación en la Unión Europea (UE) para situaciones como la llegada masiva de tunecinos.
Lionnel Luca, diputado del partido de Sarkozy, consideró que el Tratado de Schengen "es un acuerdo de mínimos a la vista de la amplitud de los problemas", y que la idea de su suspensión "es una forma de alertar a los otros Estados miembros de la UE que parece que juegan a Poncio Pilatos".
"No es normal que la UE esté desamparada frente a esta situación y que cada país trate de salvarse por su cuenta", añadió Luca en declaraciones a "France Info".
Desde la oposición, el diputado socialista Jean-Jacques Urvoas, denunció la iniciativa de Sarkozy como un desafío a los socios europeos: "Francia corre el riesgo de aislarse frente a un problema que no puede ser más que europeo".
"Mi conclusión es que tenemos un presidente de la República incapaz de llevar a los otros países europeos a una solución. Es una muestra de debilidad", concluyó Urvoas en la misma emisora de radio.