El grupo de los 20 países industrializados y emergentes (G-20) ha expresado su solidaridad con el pueblo japonés después del devastador terremoto y posterior tsunami del pasado 11 de marzo. Además, ha advertido de que el desastre, que ha afectado a la tercera mayor economía del mundo, es una amenaza para la economía global.
"Expresamos nuestra solidaridad al pueblo japonés después de los trágicos eventos. Mostramos nuestra disposición para proporcionar toda la cooperación necesaria y nuestra confianza en la resistencia del sector económico y financiero japonés", han señalado a través de un comunicado conjunto, según ha informado la agencia de noticias japonesa Kiodo.
Asimismo, los ministros de Economía y los gobernadores de los bancos centrales han indicado que los acontecimientos que se suceden en Oriente Próximo y Magreb han aumentado la incertidumbre sobre la economía mundial, elevando las tensiones sobre el precio del petróleo y otros costes energéticos.