El ministro japonés de Industria llega este sábado a la central nuclear de Fukushima para realizar la primera visita de un responsable gubernamental desde que empezó, hace cerca de un mes, una crisis cuyo desenlace sigue siendo hoy por hoy más que incierto.
En el noreste del archipiélago, devastado por el terrible sismo y el tsunami gigante del 11 de marzo, ha sonado la hora de la reconstrucción después de un largo periodo de duelo de las familias de unos 28.000 muertos y desaparecidos.
Primer miembro del Gobierno de centro-izquierda que se desplaza a Fukushima, Banki Kaieda revestirá una combinación especial para ir al encuentro de los centenares de obreros y técnicos que luchan día y noche desde hace más de cuatro semanas para evitar una catástrofe nuclear que podría ser más grave que Chernóbil en 1986.