Los ministros de Finanzas del G-20 realizaron modestos avances el jueves para reformar un sistema monetario global que según el presidente francés, Nicolás Sarkozy, es tan inestable que podría llevar nuevamente al mundo a sufrir una crisis económica.
Los ministros y los responsables de los bancos centrales de los 20 principales países desarrollados y en desarrollo se acercaron hacia un consenso sobre la necesidad de incluir al yuan chino en la cesta de monedas que componen los Derechos Especiales de Giro (DEG), la unidad contable del Fondo Monetario Internacional.
Sumar al yuan a la canasta de los DEG sería un reconocimiento a la creciente influencia económica de China y un paso concreto para hacer más representativo el actual sistema monetario global.