La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, anunció hoy la renuncia del embajador en México, Carlos Pascual, un diplomático al que el presidente Felipe Calderón ha criticado abiertamente tras las filtraciones de WikiLeaks.
"Siento mucho anunciar que el embajador Pascual ha pedido al presidente (Barack) Obama y a mí que aceptemos su dimisión como embajador en México", afirmó Clinton en el comunicado.
La jefa de la diplomacia estadounidense destacó que Pascual ha sido "un arquitecto y defensor de la relación entre EEUU y México".
"Ha colaborado infatigablemente con sus socios mexicanos para sentar las bases de un mercado de energías renovables transfronterizo", señaló Clinton.
Añadió que a eso se suma la apertura de negociaciones sobre la gestión de las reservas de gas y petróleo y el diseño de una nueva estrategia fronteriza para impulsar el comercio al tiempo que se frena el tráfico de sustancias y materiales "ilícitos".
Añadió que Pascual trabajó para lograr que la Iniciativa Mérida fuese más allá de su énfasis inicial en la desarticulación de los carteles del narcotráfico y se concentrase también en el desarrollo de instituciones para asegurar el cumplimiento de la ley en México y la participación de la sociedad civil en temas de seguridad.
"El presidente Obama y yo hemos aceptado su dimisión con gran renuencia", afirmó Clinton, quien adelantó que Pascual permanecerá durante algún tiempo en México para ayudar a organizar "una transición ordenada" en el nombramiento de un nuevo representante diplomático.
Calderón sugirió este mes en declaraciones al diario The Washington Post que las filtraciones de WikiLeaks habían dañado las relaciones bilaterales y que podrían llevarlo a suspender la colaboración con Pascual.
El presidente mexicano destacó en particular en sus declaraciones al Post un cable diplomático en el que se señalaba que los militares mexicanos tienen "aversión" al riesgo.
Respecto a Pascual, Calderón dijo al diario que la confianza "es difícil de construir y muy fácil de perder".