Unos 60.000 manifestantes antinucleares formaron hoy una cadena humana de 45 kilómetros entre Stuttgart (sur de Alemania) y la central atómica de Neckarwestheim para exigir el abandono de esta fuente de energía.
La manifestación, convocada hace semanas, tuvo un eco mucho mayor al esperado por las organizaciones antinucleares convocantes, bajo el impacto del accidente de la planta atómica de Fukushima, tras el seísmo que ayer sacudió Japón.
Entre los manifestantes se encontraban los dos copresidentes del partido Los Verdes, Claudia Roth y Cem Özdemir, quien instaron a volver al calendario para el abandono de la energía nuclear aprobado en 2000 por el gobierno del entonces canciller Gerhard Schröder.