Las cooperativas de vivienda basadas en la "cesión de uso", modelo que triunfa desde hace décadas en Canadá y en países escandinavos, ha desembarcado tímidamente en España, en concreto en Cataluña y Extremadura, donde se plantea como un sistema para combatir la dura especulación del mercado de compra y alquiler.
La asociación SostreCivic es la impulsora de las dos incipientes iniciativas sin ánimo de lucro que se están llevando a cabo en los pequeños municipios barceloneses de Santa Maria d'Olo y El Figarò, con 9 y 2 viviendas respectivamente.
Los residentes han de pagar un depósito para acceder a la casa (que se devuelve al abandonarla) y abonar una cuota más asumible que cualquier alquiler de mercado y, por supuesto, muy lejos de los precios actuales de hipotecas.
El cooperativista puede residir en la vivienda de forma indefinida y aunque no la puede vender ni realquilar, sí transmitirla a familiares de primer grado.