Kraft Foods ha denunciado el contrato de co-manufactura que tiene suscrito con Quesería Menorquina, sociedad que la multinacional vendió en 2009 a la familia Ruiz-Mateos junto con las marcas Tranchettes, Santé y Quesilete, dado que los incumplimientos "han alcanzado niveles de máxima gravedad".
Según informaron fuentes de la compañía, a través de este contrato, Quesería Menorquina se comprometía a proveer de 2.700 toneladas al año de queso fundido a Kraft Foods, que mantuvo la propiedad de la marca El Caserío.
El grupo alimentario afirma que en el último mes y medio el nivel de servicio "ha sido prácticamente nulo", lo que ha generado situaciones fuera de 'stock' en algunas referencias, "con las consiguientes quejas y reclamaciones por parte de los clientes y, en consecuencia, con importantes daños" a Kraft.