Las revueltas antigubernamentales en Túnez y Egipto, tras las que muchos turistas decidieron no viajar a estos destinos de la costa sur del Mediterráneo, han beneficiado al sector en España, con un aumento de los visitantes.
España ha luchado en los últimos años por competir con destinos de playa a orillas del mar Rojo, en Egipto, y en la costa tunecina, más baratos y a una distancia similar de mercados clave como Alemania y Reino Unido.
Pero desde los levantamientos populares en varios países árabes, que empezaron en Túnez en enero, los turistas han cambiado sus planes de viaje, lo que ha beneficiado a España y especialmente a las islas Canarias, situadas en el océano Atlántico, frente a la costa sur de Marruecos.