Las contribuciones para financiar el ambicioso proyecto ambientalista Yasuní-ITT, con el cual Ecuador busca dejar bajo tierra un importante yacimiento petrolero en la selva amazónica, llegan a casi 37 millones de dólares.
Así lo informó hoy la ministra ecuatoriana coordinadora de Patrimonio, María Fernanda Espinosa, durante una ceremonia de "rendición de cuentas" sobre los avances de la iniciativa, que busca evitar la emisión a la atmósfera de más de 400 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Ante un auditorio compuesto por autoridades, diplomáticos y la prensa, Espinosa recordó que la recogida de las contribuciones empezó en agosto de 2010, cuando se conformó un fideicomiso internacional, conjuntamente con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Aunque el monto supone apenas el uno por ciento de la cifra requerida por el Gobierno de Ecuador, Espinosa dijo en su informe que se han registrado avances en las negociaciones con varios países.
Alemania, España, Noruega, Italia, Portugal, Perú, Turquía, Emiratos Árabes Unidos y gobiernos regionales de varios países han estudiado la propuesta ecuatoriana y evalúan eventuales contribuciones, añadió.
Al detallar las contribuciones, Espinosa resaltó las de Chile (100.000 dólares), España (1.340.000), el gobierno local belga de Valón (402.000) e Italia (35.000.000); así como la Fundación Avina (100.000) y aportes de entidades ecuatorianas (51.495).
En total, dijo la ministra, en los casi siete meses de funcionamiento del fideicomiso se han sumado 36.993.495 millones de dólares.
El proyecto se asienta en el Parque Nacional Yasuní, en la selva amazónica de Ecuador, considerado uno de los sitios de mayor concentración de biodiversidad del mundo.
El Gobierno ecuatoriano calcula que explotar los campos petroleros Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT), en el Yasuní, le representaría ingresos por unos 7.000 millones de dólares, pero se conforma con la mitad de ese monto para dejar el crudo bajo tierra.
