La competitividad de la economía española ha perdido nueve puestos en 2010, situándose ahora en el lugar 42 del ránking elaborado por el Foro Económico Mundial de Davos y recogido por el Instituto de Estudios Económicos (IEE). Por delante se sitúan Polonia (39) o Chipre (40).
El estudio, que analiza doce variables para determinar la competitividad de una economía, como el entorno institucional y macroeconómico, las infraestructuras, la educación, la eficiencia de los mercados y la innovación, entre otros, compara la situación de 139 países.
En el caso de España, el informe atribuye el descenso de su competitividad a la valoración negativa de la situación en los mercados financieros, pero sobre todo en el mercado laboral, donde la falta de eficiencia relega a la economía española al puesto 115 de un total de 139.