El Gobierno chino ha decidido congelar los precios hasta finales de 2007 con el objetivo de mantener la estabilidad y controlar la inflación, informa hoy el diario independiente South China Morning Post. La medida de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo de China (máximo organismo planificador) llega después de que la inflación se situara en agosto en el 6,5%, debido sobre todo a los precios de los alimentos. La Comisión ya había prohibido a las petroleras estatales Sinopec y Petrochina en agosto aumentar los precios del combustible por temor a que algunas industrias no pudieran absorber los altos costes. La Comisión también ha recomendado a los gobiernos locales supervisar los precios de alimentos, electricidad y medicinas. Según un comunicado del organismo citado por el diario, "cualquier aumento de precios no autorizado está estrictamente prohibido".