Más de una semana después de la gran tormenta de nieve que azotó Nueva York, aún afloran tragedias dejadas por el temporal, como la muerte de un hombre congelado en una estación de metro o la de un bebé que no recibió la asistencia médica que necesitaba y falleció días después.
Mientras la nieve desaparece de las aceras de la Gran Manzana y continúan las investigaciones para averiguar por qué la respuesta de las autoridades fue deficiente, los neoyorquinos atendían hoy estupefactos a un nuevo goteo de trágicas historias acontecidas durante la nevada del pasado 26 de diciembre.
Una de ellas es la muerte por congelación de un hombre de 66 años, quien falleció la semana pasada en un hospital de la ciudad al que fue trasladado tras ser encontrado con signos de hipotermia en una estación de metro neoyorquina la mañana siguiente a la tormenta.