El presidente francés, François Mitterrand, condicionó en 1989 su aprobación a la unificación alemana a que el gobierno del canciller Helmut Kohl facilitara el camino a la implantación de una moneda única europea.
Así se desprende del protocolo, hasta ahora confidencial, de las conversaciones mantenidas entre Mitterrand y el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, difundido ahora por el semanario "Der Spiegel", a la venta mañana, domingo.
Según ese documento, Mitterrand lamentó ante su interlocutor que la República Federal de Alemania (RFA) estaba "frenando el camino a la unión económica y monetaria", a lo que Genscher respondió comprometiéndose a hacer concesiones en esa dirección.