La Cámara Baja del Parlamento francés ha aprobado este viernes en votación elevar la edad mínima de jubilación de 60 a 62 años, una medida que constituye la piedra angular de la reforma de pensiones del Gobierno del presidente Nicolas Sarkozy, que ha suscitado multitudinarias protestas en el país.
El Partido de Sarkozy, el conservador Unión por un Movimiento Popular (UMP), sacó adelante cómodamente la medida, con el apoyo del partido Nuevo Centro.
"Estamos claramente en contra de esta medida injusta que no conviene a la realidad social de nuestro país", manifestó Marisol Touraine, del Partido Socialista, que se ha comprometido a revocar la decisión si gana las elecciones de 2012.