El Gobierno de Nueva Zelanda extendió hoy el estado de emergencia en el sur del país hasta el miércoles, tras el terremoto de 7 grados en la escala abierta de Richter, que causó un muerto, decenas de heridos e importantes daños materiales en la madrugada del sábado.
Más de 500 edificios comerciales fueron destruidos y al menos un 20 por ciento de las viviendas quedaron inhabitables por el fuerte seísmo que sacudió el sur del país y sobre todo Christchurch, la segunda mayor ciudad del país, habitada por unas 380.000 personas y situada en la costa oriental de la isla sur.
Las réplicas del terremoto y el temporal están dificultando las tareas de reconstrucción en Christchurch, donde el Gobierno impuso el toque de queda en las noches del sábado y el domingo para evitar el saqueo de los comercios.