La colocación de un enorme corazón formado por 154 rosas blancas en el lugar de Barajas (Madrid) donde el 20 de agosto de 2008 se estrelló un avión de Spanair servirá este año para recordar a las víctimas de un accidente cuya investigación judicial y técnica no avanza como los afectados quisieran.
El vuelo JK5022 con destino Gran Canaria se estrelló al despegar, murieron 154 personas, 18 resultaron heridas y, dos años después, el titular del Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid, Juan Javier Pérez, mantiene como imputados a dos técnicos de mantenimiento de la compañía aérea.
Para "ayudar al magistrado en su investigación", a partir de septiembre la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 pedirá nuevas testificales y pruebas, ha afirmado a EFE su presidenta, Pilar Vera.
