Las autoridades rusas afirmaron que habían conseguido reducir el tamaño de los incendios en zonas aledañas a la principal central nuclear del país, en tanto que vientos cambiantes traían el olor a quemado de vuelta a Moscú.
En medio de la peor ola de calor en su historia, Rusia ha luchado durante días por apagar cientos de incendios a través del país, incluyendo uno en una reserva natural cerca a su principal central de investigación nuclear en Sarov, una localidad aún vedada a los extranjeros, como en tiempos soviéticos.
El centro nuclear se encuentra justo en medio de las regiones de Nizni Novgorod y Mordovia, donde el número de incendios había sido reducido, indicó el Ministerio de Situaciones de Emergencia.